Cuando vi esta imagen me aparecieron de inmediato recuerdos sobre mi adolescencia y el momento en que opté por una carrera de estudios universitarios. Mis padres, con la mejor de las intenciones, fueron digitadores de mi elección. El día que terminé 5to año del secundario, Mamá me esperaba en casa con la “Guía Eudeba” en mano (publicación de la UBA donde aparecen todas las opciones de carreras) , para que eligiera una “carrera de grado” y no perdiera el tiempo” tomándome un año para trabajar y pensar qué era lo que realmente quería estudiar, como era mi intención. Me acuerdo que me encerré en el cuarto empecé a hojear la guía: Relaciones Públicas fue mi primera opción . Me encantaba interactuar con las personas, ser lazo entre ellas, hacer puente entre necesidades, solucionar problemas, … listo! Fui con el veredicto y me mandaron al cuarto de nuevo a pensar, porque no les parecía indicada para mí…Allí fui a sumergirme de nuevo en la búsqueda. Me gustan las plantas, pensé! :la tierra, el verde, plantar, ver crecer, cuidar y dividir plantines haciendo nuevos…ya está: Floricultura y Jardinería! Pero no! De vuelta al cuarto para elegir una carrera “en serio, de grado, ya que la jardinería es un hobby”, me dijeron. ( Ufff! Tremendos mis viejos! )
Ahí me dije: que la tercera sea la vencida! Volví a revisar mis intereses, qué otra cosa disfrutaba hacer??? De repente miré mi escritorio y la mini biblioteca: Leer!! Y hojeando la Eudeba encontré la carrera Licenciatura en Letras! Ésa sí que era una buena elección! Me invitaba a hondar en mi predilección por la lectura! Y debe haber sonado bien para mis viejos ya que fue la primer carrera que cursé, medio por descarte, pero fiel a mis intereses. La literatura me abría las puertas a lo que realmente me apasiona desde siempre: el ser humano, las personas y su mundo interno. Emociones, pasiones, elecciones, vivencias, transformaciones, amor y desamor… la vida misma a lo largo de la historia se cuela en la literatura. Un mundo de opciones y sugerencias! Y amo haber estudiado Letras, porque me ofreció un bagaje de vivencias y expandió mi mirada a la que pude ir sumando otros saberes complementarios. Será por éso que me apasiona trabajar con la vocación? Quizás para ayudar a otros a que se animen a elegir libremente, que fue lo que no pude hacer en primera instancia. A que tengan voz y voto y den rienda suelta a su intuición para autoconocerse, identificar intereses, desandar mandatos y creencias limitantes, descubrir dones y talentos y encontrar una carrera que les ofrezca poder desarrollarse y fluir. Elegir fieles a sí mismos. Agradezco mucho a mi intuición personal, insistente tomar una opción que fuera apasionante para mí, como la lectura. Y también a mis padres, quienes aunque’” digitadores” de mi elección, fueron siempre motores para que sus hijos siguieran ampliando horizontes y desplegando su potencial.
Posdata: La jardinería, otro interés fuerte de aquel momento inicial de optar por una profesión, tiene un espacio cada vez más importante en mi vida. De hecho, es un referente importante y una herramienta que suelo usar como Consultor Psicológico!
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